martes, 30 de marzo de 2010

Los Miserables

“LOS MISERABLES DE VICTOR HUGO”


Recorriendo las paginas aventureras de Los Miserables de Víctor Hugo llegue a una escena que marco mi vida para siempre. Jean Valjean, protagonista de esta obra cumbre, al verse torturado por el hambre y la desesperación de no llevar algo que pudieran comer sus sobrinos, se paro frente a una panadería y sin pensarlo y con el brazo desnudo rompió el cristal para llevarse unas cuantas piezas de pan; por este acto fue encarcelado gran parte de su vida, cuestión que me dejo sumamente atónito, ya que a mi corta experiencia ingenuamente creía que no puede haber tanta maldad y desigualdad en este mundo, sin embargo me equivoqué, ya que al correr de los años me di cuenta que las palabras del maestro francés estaban repletas de verdad e incluso su obra a pesar de ser tan universal no alcanza a englobar los dantesco de este mundo.
No se equivocan aquellos que se atreven a decir que la obra del maestro es universal, ya que tiene vigencia en cualquier lugar y en cualquier momento de la historia, más ahora que la hambruna es un monstruo que ha crecido y crecido en las ultimas centurias, ya que el modelo neoliberal se ha encargado a través de sus disfraces de cordero de distribuir la riqueza para que esta se quede en los bolsillos de unos cuantos hombres. Es este mismo modelo el que ha lanzado a miles de Gavroches a las calles, niños que como nuestro aventurero personaje, son salvados todas las noches por un pedazo de periódico que disminuye un poco los latigazos terribles del frio, y son estos también los que nos encontramos todos los días quemándose la boca para divertirnos mientras esperamos que termine un alto; son aquellos que no exigen un juguete pomposo sino un lugar donde dormir para no tener que someter sus espalditas al la dureza del suelo de las calles; son aquellos que no patean berrinchudamente por no comer en un establecimiento de comida rápida sino aquellos que ven a un pan duro como la oportunidad de sobrevivir un día más. Víctor Hugo le dio un final trágico al hijo del corrupto Thernadier, ¿acaso ese es el final de los Gavroche de este mundo?. Si nuestros gobernantes siguen pensando solo en la siguiente elección y no en atacar la pobreza de fondo, entonces sus errores se convertirán en balas francesas y al igual que en nuestra amada obra estas irán a parar en el pecho inocente de los Gavroches de nuestro mundo.
También el terrible e inhumano capitalismo ha creado a millones de Fantine, mujeres azotadas por el látigo del machismo que hace que se doblen sus espaldas, y a pesar de esa dureza que destroza cualquier cuerpo, se levantan al igual que el Galileo para seguir luchando por sus crías, seres humanos que ante el mundo que les escupe en la cara, se ven obligados a prostituirse para conseguir unos cuantos centavos y para que sus hijos tengan que comer. A Fantine le fue cortada la cabellera con las tijeras de la mentira y le fueron quitados los dientes por un cirquero con las pinzas de la crueldad, con la vana y falsa ilusión que las monedas ganadas por semejante acto, servirían para medicinas para su amada hija. Imagen impactante para el lector que hace erizar la piel, ya que los hace recordar las millones de historia de madres solteras, que no pueden encontrar trabajo algunas por su género, algunas otras por su preparación y muchas otras porque en palabras de los capitalistas: “han dejado atrás su edad productiva”, cuestión que provoca tal desesperación que optan por la prostitución con tal de que sus pequeños sobrevivan un poco más. Nuestro autor dejo que nuestra crucificada Fantine fuera orillada a su muerte por una ola de tristeza, movida por las palabras del frio Jarvert ¿Acaso ese el final de las Fantines de este mundo?, ¿acaso nuestras madres solteras seguirán siendo encerradas por cuestiones que el hambre ha originado? ¿o acaso seguirán siendo encarceladas las mujeres indígenas que nunca cometieron un delito y que al final solo se les ofrece una disculpa?. Recordemos que no en todas las cárceles de nuestro mundo habrá una señor Magdalena que salve de las manos frías de Jarvert a estas desventuradas mujeres y recordemos que en este mundo no hay suficientes Valjeans para rescatar de la tortura y la pobreza a los hijos de estas desdichadas. Víctor Hugo al llegar a su mente este personaje sabía que tocaba un sector social que existiría mientras exista la acumulación de la riqueza en unos cuantos.
Pero también los faraones de la economía tienen cabida en nuestra amada novela, los vemos reflejados en Thernadier, maligno francés esclavo del materialismo que saquea los cadáveres tirados en la batallad Waterloo y que utilizaba a la pobre Cossete para conseguir unas cuantas monedas de su madre, todos los hombres que se atreven a derribar bosques enteros, a explotar a sus empleados dándoles unas cuantas migajas, aquellos que se atreven a echar a la basura manjares mientras que en la patria de la pobreza África los niños tienen que desenterrar cadáveres de animales para comerlos, aquellos que roban dinero de las arcas gubernamentales y tienen varias cuentas en diferentes países, mientras hay indígenas en la sierra de Oaxaca muriéndose de enfermedades curables, etc., bien pudieran mirase al espejo para darse cuenta que tienen en el rostro la marca de Thernadier, cuervos que circulan en los cielos esperado devorar carne humana. Increíble los acertado que fue Víctor Hugo al darle un final a este personaje, ya que mientras el justo Valjean moría enfermo junto con sus candelabros en una cama al igual que en su momento Fantie, Thernadier consigue una jugosa cantidad por parte de Mario y se va rumbo a América para conseguir más riqueza, digo que este final fue acertado ya que es lo mismo que pasa en la realidad, ya que son los defraudadores de naciones y en general todos los corruptos, son los que viven cómodamente el resto de sus vidas disfrutando todo lo que estiércol del demonio puede dar, mientras ven como la piel de millones de seres humanos se pegan a los huesos hasta provocarles la muerte.
Pero también en los miserables se nos presenta un escenario dialectico en el mundo, “La contradicción entre la justicia y el derecho”. Para esto el mejor instrumento es Jarvert, hombre recto cuyas ideas son a cinceladas en el estricto apego a la ley, sin dejarse influenciar por cualquier pasión humana.
Víctor Hugo convirtió la dureza de la ley en este personaje, ya que a pesar de conocer las razones por la cual Valjean delinquió, lo frio de su corazón le indica perseguirlo sin fatiga alguna, misma frialdad que lo hizo decirle al oído a Fantie que si hija no regresa a sus brazos. Gran villano el que creo Víctor Hugo, empero de forma magistral nuestro plasma la dialéctica del derecho y la verdadera justicia en una circunstancia que orilla a Jarvert al suicidio, el verse salvado de una muerte segura por el hombre que persiguió toda su vida. Esto nos refleja la realidad de las cárceles repletas de hombres cuyo acto se tipifica un tipo penal, sin embargo no nos damos cuenta que son victimas de una sociedad ciega y sorda a la vez, tal vez si esta sociedad se diera cuenta de esto, erigiría el mismo camino que Jarvet.
Por último citare a Jean Valjean, personaje central de la obra, hombre que tuvo que purgar un crimen menor pasando muchos años de su vida en la cuevas de ladrones en la que fue encerrado, pero que a partir de esa luz cristiana ue llego a su vida y ue tuvo la forma humana de Bienvenido Miriel decide dedicar su vida al bien, para decir justo antes de llegar a su último aliento: “Te lego, hija mía, los dos candelabros que están sobre la chimenea. Son de plata; mas para mí son de oro, de diamantes, y convierten las velas en cirios. No sé si el que me los dio está satisfecho de mí en el Cielo. He hecho lo que he podido. Hijos míos, no olvidéis que soy un pobre, y os encargo que me hagáis enterrar en el primer rincón de tierra que haya a mano, con sólo una piedra por lápida. Es mi voluntad. Sobre la piedra no grabéis ningún nombre. Si Cosette quiere ir allí alguna vez se lo agradeceré”. Esos candelabros le recordaba cada día de su vida a nuestro personaje la misión que tenia con el amor, la justicia y la verdad, y es esa misión lo que le dio fuerzas para levantar una carreta que había aplastado a un hombre, o aquello que lo motivo a cabalgar durante horas para entregarse y salvar de la muerte a un hombre que estaba a punto de condenarlo a muerte por los crímenes de Valjean, y es lo que le dio energía también para rescatar a Mario de las Balas terribles de aquellas barricadas para pasarlo por las cloacas francesas, para llevarlo a los brazos de su hija con el objeto de que fueran felices por siempre, aun sabiendo que era sacrificar su propia felicidad, todo esto lo hacía con la sola esperanza que estuviera orgulloso el que le había regalado sus candelabros de plata, había hecho todo para ser perdonado, cuestión que simboliza un mensaje eterno para quien sabe tener a Cristo en sus actos y no en sus idas hipócritas a la iglesia. Valjean nos recuerda aquellas palabras del Galileo cuando le preguntabas un hombre rico: “que tengo que hacer para entrar por la puerta de los cielos” y este le contesto: “despójate de todo lo que tienes ven y sígueme”, esto mismo hizo Valjean con su riqueza, que a pesar de ser totalmente considerable decidió utilizarla para sobrevivir modestamente con su hija y para obras caritativas, desprendiéndose totalmente de ella al entregársela de herencia a su amada Cosette cuando contrajo matrimonio con Mario, sabiendo que su vida radicaba en la humildad al punto de pedir justo antes de morir, no una tumba llena de lujos, sino un pedazo de tierra con una lapida donde no estuviera escrito su nombre. Valjean puede ser todo a la vez, este ex presidiariario debiera ser reproducido en figurillas al igual que el Quijote ya que es un símbolo de amor y de valores humanos que deberían estar presentes en nuestros actos cotidianos, para actuar con humildad siempre ejerciendo el amor por el prójimo, debería estar presente en las sesiones de los líderes mundiales para recordar el sentido humano que debe tener sus decisiones, en fin Valjean será vigente en todo tiempo y lugar donde haya ex presidiarios, pecadores o miserable en busque da del perdón de una sociedad que los ha condenado a ser rechazados en cualquier lugar en que se paren.
Como se verá hablar de los miserables es muy difícil principalmente por lo corto que son las palabras para poder englobar el mensaje social del apóstol de la pobreza, mi misión en este articulo fue plasmar mis reflexiones sobre la lectura de dicha obra, abriendo la invitación para cabalgar por las paginas decimonónicas de Francia, te aseguro estimado lector que no te arrepentirás. Por lo que hace a los que dedicamos al arte de hablar ante un público, Los Miserables es un libro obligado, bajo la premisa de los que son oradores deben tomar las palabra por su pueblo, y es este mismo el nos exige gritar los reclamos sociales que describe Víctor Hugo, asumamos esta responsabilidad y tomemos a Valjean como el compañero en cada uno de nuestros discursos.

Joel Chichino Araoz.

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